
El vehículo híbrido ha supuesto un gran avance en la conducción y el uso de los coches. Estos nuevos vehículos permiten la combinación de tecnologías eficientes para el uso del combustible adecuado en cada situación. También, suponen un menor impacto ecológico, lo que ayuda a reducir notablemente la contaminación.
Además, representan una gran ventaja es aspectos de movilidad, ya que no cuentan con restricción horaria según la regulación “pico y placa” en algunas ciudades.
Un vehículo híbrido dispone de dos sistemas energéticos diferentes para su propulsión. Generalmente, se trata de la gasolina, junto con la utilización de energía eléctrica. Ambos tipos de energía se utilizan de forma independiente y cuentan con su propio sistema electromecánico. Los avances tecnológicos permiten que el vehículo, de forma inteligente, utilice un tipo de combustible u otro.
La clave de la eficiencia del vehículo híbrido está en utilizar el combustible adecuado en cada momento. Si el vehículo circula a velocidades bajas, seleccionará la alimentación a partir de energía eléctrica. Por el contrario, si circula a velocidades altas, utilizará el combustible tradicional. Esto sucederá sobre todo en carreteras, por lo que dejará de contaminar en ciudades y núcleos urbanos.
Un vehículo híbrido eléctrico cuenta con un motor de combustión y uno o dos eléctricos. La transmisión de estos vehículos se controla a través de una caja de cambios automática. Esta puede ser de doble embrague, de tipo CVT o de convertidor de par.
En lo que a la conducción se refiere, presenta tres modos distintos de conducción entre los que puede elegir el conductor:
El motor eléctrico se activa cuando la velocidad de desplazamiento no supera la que se puede alcanzar con este motor. Si se supera la velocidad o no hay suficiente carga eléctrica, se activa el motor de gasolina. En cualquier caso, dispone de dos baterías, una para cada combustible.
Entre los modelos comercializados se puede distinguir entre: híbridos autorrecargables (tienen poca autonomía) y enchufables. Los autorrecargables se van recargando mientras el vehículo está en funcionamiento. Los enchufables requieren ser recargados mediante una estación externa.
Ambos tipos de vehículo híbrido cuentan con una batería de ion-litio para almacenar la energía. En el caso de los enchufables, la autonomía de una recarga completa es de 50 kms. En el caso del autorrecargable (como el Toyota Prius), la energía cinética y de frenada son las que generan la energía.
Las desventajas que presenta la compra de un vehículo híbrido de este tipo son circunstanciales. A la larga, el número de estaciones donde enchufarlos aumentará. El precio de compra disminuirá conforme aumente el número de coches vendidos. En cuanto a la tarifa de luz en casa, las compañías empiezan ya a diseñar tarifas específicas. Por ello, se dice que son una buena inversión.
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